lunes, 31 de enero de 2011

- ¿Todo bien por aquí?
- Perfecto, gracias.
La azafata se giró para preguntar lo mismo al ocupante del asiento situado al otro lado del pasillo. Fue justamente el tiempo que necesitó para darse cuenta de que no, que realmente las cosas no iban tan bien como queria aparentar, como le gustaria que en realidad marcharan.
Una lágrima. Tan solo una lágrima resbaló por su mejilla sin llegar a tocar sus labios, pues antes de que nadie se diera cuenta la borró con su mano, como si quisiera borrar así todos los motivos que habian conseguido que esa lágrima se le escapara.
Pero entonces recapacitó, intentó verlo desde otra perspectiva; se imaginó a si mismo visto desde fuera para poder entender un poco.
Recordó cientos de buenos momentos, las miles de carcajadas , los millones de sonrisas, las palabras de aliento, los consejos, las miradas, los gestos, los abrazos....
Quizás nada fue tan fatídico como lo quiso ver. A lo mejor tan solo hacía falta limpiar un poco el cristal a través del cual miraba.
Y lo entendió por fin todo... Aunque demasiado tarde.




Las consecuencias.




http://www.youtube.com/watch?v=cSIKowbIfIk



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lunes, 10 de enero de 2011

Otra vez...


Y de nuevo cataratas recorren sus mejillas, como cada vez, porque parece que el destino se ensaña de nuevo. Nunca parece suficiente, siempre necesita más y más. Es como esa fiera enorme que nunca se saciará del todo, que siempre tendrá ganas de más. Acechando, aprovechando cada oportunidad para volver a visitarla y recordarle que aún quedan cicatrices en su alma que no terminarán de sanar por mucho que lo intente, que se abrirán en cuanto la fiera decida hacer acto de presencia marcando, por supuesto, otras nuevas heridas.

Y cree formar parte de un ciclo del que no escapará jamás. 





martes, 4 de enero de 2011


Echaba de menos las visitas furtivas de los 15 años.. esas de verse cuando el sol se escondía, en el mismo parque de siempre, con un frío que helaba hasta los huesos pero con una ilusión que hacía que fuese algo secundario.
Ilusión.. quizás sería eso…
La de verse durante no más de media hora , pero aprovechar cada milésima de segundo, a veces con simples miradas, como si no se fueran a volver a ver en siglos  y necesitaran recordar cada poro de su piel, cada rasgo de su cara, cada pestaña, cada gesto.

Una lágrima, tímida, recorrió su rostro y se perdió en su caída hacia el suelo. Allí, en el mismo sitio de siempre, donde aún retumbaban sus risas y donde, si ponías atención, aún se escuchaban sus susurros al abrazarse.