lunes, 25 de octubre de 2010

¿No ves que si hemos perdido hemos ganado historias que contar?


Nunca se pierde del todo. Siempre se gana algo, aún siendo el último en llegar en una gran carrera en la que participan millones de atletas; aunque nos parezca tener el agua a punto de tocar nuestra nariz.
De todo se aprende , ¿acaso no aprendiste a levantarte y volver a  caminar cuando te caías de pequeño?
¿No aprendiste que soñar despierto es otra forma de vivir?
Quizás no es la forma que eligieron esos señores serios de traje y corbata que caminan muy rectos por la calle, o esos que se dedican a asesinar bajo una bandera.
Pero es la forma de vida que escogimos las personas soñadoras, porque no se está tan mal en las nubes, aunque bajemos de vez en cuando para echar un vistazo y tratar de convencer a los malhumorados para que suban con nosotros durante unos momentos.

Puede que, de un tirón, nos hagan bajar rápidamente y devolvernos a la realidad, puede que en el descenso nuestra mejilla golpee fuerte contra la barrera que separa ambas partes  pero tranquilos, solo es momentáneo ;)




 Recuerda que si caímos en picado
es porque a veces fuimos nubes con la mente








lunes, 11 de octubre de 2010


Tímidamente se acercó al borde sin saber muy bien que hacer; no sabía si prefería quedarse en su conocido mundo o saltar al vacío en busca de aventuras. Sentía que algo la retenía todavía allí, sabía que ese no era su momento.
Pasadas unas horas le invadió la necesidad de salir corriendo de aquel espantoso lugar, donde se comenzaron a reunir muchas más como ella, que se amontonaban y casi la invitaban a saltar propinandole empujones en su intento por hacerse un hueco entre la muchedumbre.
Pero ella sabía que no era el momento, pese a lo que le apetecía conocer el mundo, a pesar de soñar una y otra vez con lo que sería cruzar esa barrera. ¿Qué le esperaría?
Algunas de sus compañeras notaron como ella, casi nostálgica por un mundo que no conocía, soñaba despierta con el momento en que se sintiera completamente preparada para salir y comerse el mundo, para conocer ese exterior maravilloso del que todos hablaban,  ese del que nadie quiso volver nunca por miedo a quedar de nuevo atrapado.
Recelosas, las más cercanas comenzaron a cuchichear entre ellas y poco después estaban incitándola a dar el gran paso, su gran paso. La animaban a saltar y resolver todas sus dudas sobre aquello que ellas llamaban “el otro lado”
Pero no, ella no quería, algo se lo impedía.

Entonces, todas se abalanzaron sobre ella empujándola, haciéndola saltar.

Se deslizó por aquel terreno suave, sedoso y rosado hasta llegar a un gran abismo y precipitarse al vacío. Mientras caía, aquella lágrima pudo escuchar como el resto de sus compañeras recorrían el mismo espacio que acababa de recorrer ella y comenzó a pensar que quizás ese nuevo mundo  no fuera tal y como le habían contado…